Miguel Ángel Rodríguez MartínezMiguel Ángel Rodríguez Martínez
Es importante recordar los orígenes de la inteligencia artificial para que se comprenda el impacto que tiene en el campo de la seguridad. Algunos estudios le atribuyen al científico inglés, Alan Mathison Turing, el concepto de la inteligencia artificial.
Con sus conocimientos en física y mecánica cuántica, entre otros, estudió la mente humana y derivado de las necesidades de la Segunda Guerra Mundial, Turing desarrolló un ordenador informático llamado “Bombe”, que utilizó el ejército británico para entender y descifrar los mensajes que transmitían los alemanes mediante el empleo de su máquina Enigma.
En 1950, Turing publicó el artículo “Computing machinery and intelligence” en el que planteó el concepto de las computadoras digitales con capacidad de pensamiento. Mientras que en 1956, durante la conferencia en el Dartmouth College de New Hampshire de Estados Unidos, a propuesta de John McCarthy, se propuso el nombre de inteligencia artificial para ordenadores que simularan tareas humanas.
Existen otros estudios y científicos que en tiempos más recientes han desarrollado investigaciones y aportaciones importantes sobre la inteligencia artificial, pero para efectos de esta columna, únicamente nos centraremos en los temas descritos anteriormente.
Los aspectos planteados permiten apreciar lo siguiente: la inteligencia artificial surge como una necesidad de la seguridad militar: su primer antecedente es el ordenador que desarrolló Alan Mathison Turing, que logró entender y descifrar mensajes clasificados del ejército alemán. La idea que tuvo Turing para crear máquinas pensantes, se tradujo años después en el concepto “inteligencia artificial” y se asoció directamente al desarrollo de dispositivos tecnológicos, que hoy en día permiten sistematizar datos y resolver problemas complejos, de manera rápida, sencilla, con resultados satisfactorios y que aparentan o simulan tareas humanas razonadas.
La inteligencia artificial ha impactado de manera directa en el campo de la seguridad y evolucionó con el tiempo, de la mano de las propias necesidades y problemática que atiende. Se enfocó en la creación de ordenadores para recopilar, procesar y analizar grandes cantidades de datos provenientes de los sistemas de comunicación, para extraer patrones y tendencias que identificaran con prontitud amenazas para prevenir y mitigar riesgos, para orientar objetivos y esfuerzos, en tiempo real y de manera más expedita que por los medios convencionales.
Hay dos momentos clave que detonaron el desarrollo de la inteligencia artificial en el entorno de seguridad: 1) La guerra fría entre Estados Unidos y Rusia y 2) La guerra fría de la inteligencia artificial entre Estados Unidos y China. El impacto directo se vio reflejado en los servicios de inteligencia y contrainteligencia, en la industria militar y en la ciberseguridad. En esta última ya se perciben tareas propias de las operaciones militares tradicionales, pero desarrolladas en el ciberespacio.
Durante la última década, la inteligencia artificial ha impactado en otras ramas de la seguridad, como es la ministerial, pública, privada, industrial y empresarial. En estas ramas se han desarrollado aplicaciones tecnológicas que procesan y analizan bases de datos, predicen información basada en evidencias y patrones de comportamiento, lo que ha permitido optimizar, hacer más eficientes y expeditas múltiples tareas, como las forenses, la elaboración de mapas de riesgos delictivos, la georreferenciación de personas y vehículos, la sistematización de controles de accesos y de videovigilancia, así como la detección y desactivación de artefactos explosivos.
Como se puede apreciar, la inteligencia artificial está vinculada desde su origen con el campo de la seguridad, en este caso de la seguridad militar y en los últimos años se ha extendido a otras ramas como la ministerial, pública, privada, industrial y empresarial. Lleva más de setenta años desarrollando aplicaciones informáticas que simulan tareas humanas con resultados exitosos.
Enfocándonos en el entorno empresarial, la inteligencia artificial debe ser considerada como una herramienta que facilite el análisis de riesgos y la toma de decisiones en materia de seguridad patrimonial. Debe hacer más eficientes los procesos de reclutamiento, selección y seguimiento del factor humano, gestión documental, gestión de las tecnologías de la información y ciberseguridad, así como las diferentes tareas de la seguridad física.
Hagamos de la seguridad, una disciplina y un principio de observancia.
Pero en el futuro también implica un gran desafío para los profesionales en Seguridad, es crucial para nosotros adquirir conocimientos y habilidades en IA para proteger efectivamente a las organizaciones de amenazas cada vez más complejas (debido a la misma IA). Además, es necesario que exista un marco regulatorio y ético que guíe el uso responsable de la IA en el ámbito de la seguridad empresarial. Saludos.
Excelente análisis! La IA mejora la capacidad de las empresas para proteger sus activos y datos, detectar y responder a amenazas de seguridad más rápidamente y de manera más efectiva. Asimismo nos permite prevenir ataques cibernéticos antes que causen daños.